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Not big deal

22 agosto 2007

The last day of summer

La rutina, la variedad más lineal que existe. Ramas de doble fondo que atrapan y mecen mi cuna, las que evitan los llantos y a su vez me quitan el sonajero. Ultimamente los cuentos se escriben con bolis gastados y lapiceros de color blanco.

En ocasiones tengo el pie levantado, a punto de dar el paso definitivo, otras veces sin embargo, camino esperando el empujón que nadie me dará. Y es que ya me he convertido en el enemigo número uno de la expectativa, me he hecho a mí mismo como el mayor retractor de la esperanza creando así un mundo de falsos sicarios.

A golpe de solución me creo más problemas, por ello mi única misión es la de abandonar mi cabeza un rato cada día, que ello vaya ligado con el final de un verano ya frío. Ya son pocos los cómplices y por ello exprimiré mis salidas con Rey, una tarde con la Groove o una borrachera con los eternos.

Yo ya voy gesticulando un hasta luego mientras despido este tren con el abrigo puesto. Sin saber si me siguiente viaje será en coche, barco o avión, despidiendo al verano sin que todavía haya acabado... todo por una razón, abarcando las cuatro gotas para ver el arco iris.