
Diez acordes de guitarra liberados del noveno traste. Ocho temas tocados para completar los siete días de la semana. Seis los días que restaban al año y cinco los minutos para la cena. Cuatro incompletos unidos y tres las horas que tardaré en conciliar el sueño. Porque dos dósis de sedante en forma de tila no son suicientes para acostar a los pensamientos. Porque las ovejitas nunca conseguirán saltar la valla y los recuerdos irán buceando sin hacer mucho ruido, para salir de repente cuando no puedan aguantar más la respiración... porque a veces solo me gustaría saber contar hasta uno.
"Poder disrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces"