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Not big deal

19 octubre 2007

Late at night

El insomnio, en cualquier ámbito la soledad más absoluta. Carente de luz y sonido, apenas un puñado de pensamientos son los que dan forma a la noche, un puñado de ruidos rebotando en la cabeza, todo por un motivo, todo por un sin sentido.

En el fondo me aburren estas esperas, la espera a un pesar de párpados, a unos pequeños nubarrones que nublen mi cabeza por un rato, simplemente la espera a que el sueño venga... porque mis sueños empiezan siempre antes de cerrar los ojos.

Y las horas siguen pasando, lentas pero exactas, simples agujas que dictarán mi estado (vegetativo) de mañana. Todo para no ser durante el día y transformar mi yo por la noche.
Cada hora que pasa una envidia, siempre insana, por aquellos que son capaces de esperar a soñar con ojos ocultos, porque los sueños no deberían estar cargados de realidad.

18 octubre 2007

Freak myself out

Cuántos años atrapado en esta peonza negada a girar sobre sí misma, barnizados con un camino de preguntas. Los enanos ya danzan en mi cabeza y amenazan con explotar de un momento a otro. Demasiado acumulado, demasiados hilos a trenzar, tantos que mi cerebro no es capaz de abarcarlos a todos. Sigo instalado en mi cubo de hielo, puede que a veces amenace con salir, pero la primera brisa de aire es suficiente para hacerme ver que puede que se esté preparado para sentir, pero no para mostrar.

Por ello mi cabeza no habla de problemas, solo los procesa, no habla de preocupaciones que irán desde ahora hasta 10 años adelante, solo las comenta consigo misma, de algún modo, siempre preferirá insinuar antes que enseñar.

Porque en un mundo de locos todos son incomprendidos, al fin y al cabo, en el cubito de hielo es donde me siento más seguro, que aunque el corazón arda, sabes que el frio del caparazón evitará radiar calor alguno. Porque al final siempre me acabo quemando.

02 octubre 2007

Skyline


Adivinando el horizonte, siempre cambiante en función a las gotas de luz. Lo que ayer era un hecho mañana será una duda, y así sigo caminando. Realmente es complicado saber que es lo valiente y qué lo cobarde, porque a cada minuto que pasa me cuesta más diferenciar cada una de las caras de cada uno de los lados.

Adivinando el horizonte, con sus suposiciones y sus tirones. Con esperanzas en tener algún día esperanza, con la confusión de los recuerdos que traen su aroma hasta el presente. Con un único deseo, la quimera de que muera la musa de inspiración y regresen los motivos de suspiros. Porque muchas veces los que te ponen las colchonetas son los mismos que te hacen la zancadilla.

Adivinando el horizonte, desdibujado y descolorido, intentando darle sentido a las formas, moldeándolas en mi cabeza hasta sentir la satisfacción de que algo tenga sentido. Porque ya estoy cansado de errar y me gustaría sentir el aliento del acierto en mi nuca...

Porque el horizonte está tan cerca que cada vez me cuesta más verlo.