Mirando de frente

Días buenos y días malos, no sé cómo, pero ultimamente estos se suceden en mi día a día de manera alternativa. Un día me siento como si tuviera la regla, me levanto jodido, pierdo cosas y me afectan de sobre manera, se me pasan cosas por la cabeza que me hacen sentir mal y voy caminando por la calle con los cascos puestos escuchando algún tema oscuro de "The Cure" o una acústica de "U2" que me hace pensar que no voy a ningún lado.

Otros días me levanto motivado, pienso que lo grave no es tan grave, que lo que ayer era un motivo de preocupación hoy lo es de reflexión, diferentes vistas de la rutina enfocada con los mismos ojos. Tengo en mi cuarto folios colgados de la pared que yo mismo escribo a modo de estímulo, tales como:

- Si la vida te da limones hazte una limonada
- Carencia es la posibilidad de tener
- La adversidad mi biblioteca
- Miedo es motivación


... lo único que he de conseguir en esos días de bajos ánimos es creerme lo que escribo, hacerme creer a mi mismo que tengo razón, que esa tonterías las escribe la parte más alegre y lista de mi y que los días en las que uno lleva dentro un día nublado no es más que un descuido de la felicidad que hay que intentar evitar.

Supongo que hoy tengo un día neutro, por llamarlo de alguna manera, y por eso supongo que puedo escribir esto, tengo preocupaciones pero las veo con optmismo, porque un problema tiene su parte buena y es que siempre tiene solución. De todas formas el próximo día que me levante de bajon lo único que tengo que hacer es mirar a la pared.


En el ambiente: Let down "RADIOHEAD"

Ganando enemigos

Se acercan las Navidades, esas fechas donde las tarjetas de débito no paran de desvirgar cajeros, fechas de regalos e invitaciones, fechas en la que la gente se acuerda de las personas que han perdido, todos son mejores personas. Para mi todo esto es un poco absurdo y como he sido un cabrón todo el año también lo seguiré siendo estas navidades. Aún estamos a mediados de noviembre y ayer por la noche volviendo a mi casa ya vi por mi barrio luces de navidad preparadas para ser encendidas en una semana, por no hablar de que en DIA venden polvorones desde hace unas 3 semanas. ¡Desde octubre!

Yo tengo mi propia teoría de porqué todo el mundo es más feliz en navidades, y es por motivos totalmente superficiales, después del verano, son las vacaciones más largas de todo el año, se come marisco y se bebe champán, se engorda la cuenta del banco debido a la paga extraordinaria y si un creyente va a misa, por ser navidad compensa todos los domingos del año.

Esto me hace recapacitar, ¿por qué todas las vacaciones, puentes, etc son fiestas relacionadas con el cristianismo? Casi todos las vacaciones por puente se deben a alguna virgen, ¿pero cuántas virgenes hay? ¿Cuántas madres tenía Jesús? ¿Y eran todas virgenes?. Sin ánimo de herir sensibilidades pero sin remordimiento alguno si las hiero. La Semana Santa, fechas reservadas para devotos y a las que tengo un especial asco. ¿Cuánto podrá valer una calbagata de esas que llaman pasos? Prefiero ni pensarlo, la verdad.

Todo esto lo estoy escribiendo por un motivo, y es que me revienta que se pida tanto respeto por la Iglesia cuando el cristiano es el que menos respeta, que los creyentes les moleste más si te cagas en Dios que si te cagas en su puta madre, que a los niños tengan que bautizarle sin que tengan la elección de elegir... Si hasta he llegado a escuchar que se les bautiza porque sino es como si no tuvieran nombre... como diría Bisbal: e ingreible.


Siento por muchos este texto, pero es un desahogo que hago por todos los "mesías" que me he ido encontrando a lo largo de mi vida, algunos de esos "mesías" es gente a la que he querido pero cuando una profesora de religión me contó una historia de como un tío iba a matar a su madre porque se lo dijo un Ángel, y lo tomo como un ejemplo de buen creyente, ya desde ahí he tuve claro lo que significaba todo este mundillo imaginario.

Entonces tenía 8 años.

En el ambiente: "Broken Up" HERMANA SISTER

FeAR

Durante un tiempo tuve miedo a las alturas hasta que me di cuenta que desde las alturas todo se ve mucho mejor, pero me subí demasiado alto, vi todo tan claro que eso me atemorizó, tanto que me empezó a dar miedo la realidad, así que me baje de las alturas. Una vez abajo vi la máscara en todo aquel que se cruzaba a mi paso y me entró miedo a la hipocresía. Sin saber como afrontar ese miedo me fui lejos, a un punto donde no me tuviera que cruzar con nadie, entonces me entro miedo a la soledad. ¿Cómo afrontar la soledad? Empecé a derramar tinta sobre cuadernos, a desvirgar folios y desangrar bolis, asi me empezó a atemorizar mi pasado. Difícil huir de él, entonces dejé de escribir, me dediqué simplemente a pensar a solas, para mí mismo, pero tenía demasiadas preguntas en la cabeza, tantas que me entró miedo a la falta de respuestas.

Después de estar un rato solo intenté no pensar, fue entonces cuando abrí los ojos y entendí todo, comprendí que mi único miedo era al hecho de sentir miedo...

Otra historia estúpida, tan estúpida que desde entonces no he vuelto a tener miedo.

ESTE POST VA DEDICADO.

Estuvimos allí, aún no sé que despiste del destino hizo que acabaremos esa noche paseando alrededor de la calle 44. Apenas hablabamos, solo observabamos, si algo nos sorprendía nos mirabamos y dibujabamos una sonrisa cómplice para luego seguir observando. Nunca pensé que disfrutaría tanto tomándome un café helado en un vaso que se rompía por todas partes o que mi hermano Curro de verdad gritara improperios que no pienso reproducir desde el piso 86 del Empire State Building.

Estuvimos allí, comimos hamburguesas en Times Square, perritos en Coney Island y comida china en Chinatown. Conciertos, paseos en barca por Central Park, discusiones con palurdos locales, degustaciones de gigantescas pizzas. No echabamos de menos la comida mediterránea, no echabamos de menos España.

No es América, es Nueva York, y no eran 10 millones de personas viviendo allí, eramos solo nosotros tres y alrededor un cúmulode anécdotas en forma de personas, música, edificios y tiendas. No solo eramos hermanos, eramos testigos mútuos de lo que estabamos haciendo... ¿Qué hacíamos?... pues nada, pero hacíamos nada en Nueva York.

Para la siguiente vez que vaya no tendré recuerdos del anterior viaje, lo viviré como si fuera la primera vez, andaré de nuevo durante horas, me recrearé en las yinitas con el mismo deseo que antaño, y por segunda vez me prometeré a mi mismoque regresaré al menos una vez más.

Con cuerpo presente en España y mente perdida en NYC.


En el ambiente: New York "U2"

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